Esclavas cantoras de Al-Ándalus
(aproximadamente principios del s. IX
– s. XV)
Estas esclavas-cantoras, pertenecientes a la Edad Media,
desde muy pequeñas, recibían una formación musical, científica y humanista,
para poder así entablar conversaciones con sus señores mediante cultas
anécdotas literarias e históricas.
Asimismo, de servir en los palacios, pudieran deleitar a sus
dueños a través del encanto de la danza. Ambas incrementaban su valor como
mercancía. El precio de estas esclavas era mucho mayor que el de una esclava ad
hoc.
Pero no cualquiera podía ser una esclava-cantora. Aparte de
habilidades artísticas, era necesario ser guapa. Al parecer lo de los
estándares imposibles venía de antaño. La cantadora respondía a ser llamada “la
hermosa mujer sumisa y objeto de placer”. (De ahí la tríada mujeres, alcohol y
sexo fuera de una temática recurrente en el contexto de la literatura árabe
clásica masculina). Hubo un momento en que la poesía casi había sido
monopolizada por los hombres, las cantoras perpetuaron la relevancia de la
mujer en el arte
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