El pasado 4 de octubre se celebró en Madrid un festival de música, apadrinado por Radio 3, bajo el título de FESTeen, que reunía a grupos formados por adolescentes. Tras el festival surgió esta plataforma con el nombre de "Queremos entrar" que pide la modificación del artículo 25 de la ley
LEPAR que regula la entrada de menores de 18 años a salas de conciertos en la comunidad de Madrid.
Dicho artículo viene a prohibir "
la entrada y permanencia de menores de dieciséis años en bares especiales, así como en las salas de fiestas, de baile, discotecas y establecimientos similares con carácter general; y a los menores de dieciocho años, siempre que en ellas se venda o facilite el consumo de bebidas alcohólicas", así como "la entrada o participación de los menores de edad en los establecimientos, espectáculos y actividades enumerados en el artículo 31.1 de la Ley 6/1995, de 28 de marzo reguladora de las Garantías de los Derechos de la Infancia y la Adolescencia".
Dicho artículo pretende proteger al menor por encima de todo. Al parecer, el problema es el riesgo que supone vender alcohol en la sala con la presencia de menores, ya que se hace muy difícil evitar que alguno de ellos lo consuma. Tanto los propietarios de las salas como la propia plataforma proponen soluciones alternativas, como solicitar el DNI o la identificación de adultos mediante sellos o pulseras, si bien esto tampoco impide que algún adulto pida alcohol por un menor. Las multas irían dirigidas a los padres del menor y principalmente al local, con lo que pocas salas programan conciertos para estos grupos, solo aquellas en las que no se vende alcohol.
¿Es posible el equilibrio entre la protección al menor y la libertad para actuar y promocionarse en estas salas?
¿Qué hubiera sido del mundo de la música si grupos de adolescentes en los años 60 y 70 no hubieran podido actuar?
Si quieres más información visita queremosentrar.com