por tan presuntuosa criatura es tenida
que la culpa por ninguna virtud será redimida;
nos dicen que erramos nuestro sexo y camino.
Buenos modales, moda, baile, ropa, juego,
son los talentos que deberíamos desear;
escribir, leer, pensar o investigar,
nos nublaría la belleza, apurarían nuestro tiempo,
interrumpirían las conquistas de nuestra primavera.
Mientras que el tedioso gobierno de una casa servil
lo consideran algunos nuestro sumo arte y uso.
Anne K. Finch, (1660/61-1720)
Anne K. Finch, condesa de Winchilsea y dama de honor de la duquesa de York, se hizo famosa por su talento poético. Era noble por nacimiento y por matrimonio. No tuvo hijos; escribió poesía y no hay nada más que abrir su libro de poemas para verla estallar, indignada, ante la posición de las mujeres en la sociedad y en el ámbito privado.
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